Como cada año se llevó a cabo la 13va. Edición de la Feria de las Calacas, en el CENART.
En esta ocasión las familias pudieron disfrutar de música, movimiento, tradiciones populares, ofrendas, globos de cantoya, catrinas por doquier, teatro, narraciones, cuentos, títeres, exposiciones, artesanías increíbles. Todo, relacionado a la muerte y su celebración.
Llena de colorido, esta feria nos invita a reflexionar sobre el paso al más allá, entender sobre todo con mensajes positivos la transición que como seres humanos inevitablemente tenemos que experimentar tarde o temprano, y así enseñarles a los niños a que no deben temerle, sino enfrentarla con valor y vivir intensamente cada día.
Lo que más llamo la atención de las personas que asistieron fueron las artesanías alusivas al evento. Cráneos de mil colores, esqueletos juguetones, muertes esperando, catrinas elegantes, y un sin número de objetos que maravillaban a la gente.
Un agradecimiento al CONACULTA y a la SEP, por traernos estos eventos que divierten, pero también, nos brindan cultura sobre la muerte y lo que la rodea. Una mención especial y mi gratitud también para los artesanos de Ollimantzin por sus atenciones.
Que nunca muera esta feria y sigamos manteniendo vivas nuestras tradiciones populares.
“QUE LA OSCURIDAD LOS PROTEJA”
SANDYMOON ☾
