Las altas temperaturas registradas en todo el mundo están generando afectaciones y agravando problemas de salud que no necesariamente están relacionadas con el calor, revela un estudio de Investigadores del College of Health Solutions de Arizona State University.

“Al observar los datos de población y ver qué grupos de enfermedades crónicas o diagnósticos buscan ayuda médica, podemos determinar la vulnerabilidad al calor relacionada con los diagnósticos que ya tienen las personas. La mayoría de las personas que van al hospital durante una ola de calor no lo hacen por insolación o enfermedad por calor. Eso es menos del 10% de las enfermedades”, explica Pop Moseley, profesor de investigación de la universidad.

La investigación encontró que las infecciones del torrente sanguíneo aumentan con una ola de calor, mientras que los suicidios aumentan entre un 1% y un 2% y la hospitalización por demencia o por infartos también se incrementa.

Estos datos se suman a los que han generado otros investigadores en Europa. Por ejemplo, en Suecia se ha demostrado que la mortalidad general aumenta entre 8% y 12% por cada día que se registre una ola de calor.

Durante más de 30 años, Moseley, médico de pulmón y cuidados intensivos, ha dirigido grupos de investigación financiados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos centrados en enfermedades relacionadas con el calor.

Él y Marisa Domino, también profesora del College of Health Solutions, comenzaron esta investigación con el objetivo de generar datos de salud de personas con enfermedades comunes y entender los efectos del calor en ellas.

Por ello, los investigadores colaboran con científicos del clima para estudiar la incidencia de las enfermedades a lo largo del año y crear modelos de condiciones climáticas asociadas a las enfermedades.

En el caso del calor, no se trata necesariamente de cuánto calor hace, sino de cuánto tiempo hace ese calor, dice Moseley, y añade que hay datos de la población en Europa que demuestran que las afectaciones a la salud no fueron por las altas temperaturas, sino por cuánto tiempo se mantuvieron.

“El calor es una verdadera fuerza multiplicadora de las enfermedades y condiciones crónicas que tenemos. Nuestro trabajo en la College of Health Solutions es reunir los datos para permitir que los formuladores de políticas planifiquen y administren lo que sucederá durante una ola de calor”, asegura el investigador.

Moseley y Domino planean publicar pronto su investigación y desarrollar una app que ayude a las personas a conocer los riesgos de estar al aire libre durante la ola de calor, cuál es su riesgo de ir al hospital o incluso el riesgo de morir por el impacto del calor en su salud.

“Así, alguien con una serie de enfermedades crónicas sabe que, cuando llega una temperatura determinada, es más susceptible. Ahí es donde tenemos que ir con esta investigación”, finaliza.

Este artículo fue publicado originalmente el 20 de julio de 2023 en ASU News: ASU professor says Phoenix is ground zero for study of heat-related illnesses

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