DESIERTO LEONES (53)

Sábado, un día como cualquier otro, desvelada y pensando que haré mañana, como no tenía ningún plan decidí aventurarme e ir de nuevo al ex convento del Desierto de los Leones, el cual hace muchos años que no visitaba. En alguna ocasión tuve la fortuna de recorrerlo de noche y poder hacer una investigación paranormal dentro de sus muros y catacumbas que resulto muy interesante y llena de emociones. Llegó el domingo e inicie el viaje a este enigmático y misterioso lugar pero a la vez muy hermoso y que tenemos a la mano para poder visitarlo. Al arribar al lugar note que estaba lleno de familias comiendo, caminando, disfrutando del ambiente, la naturaleza y la magia que se esconde detrás de este recinto, pero he aquí un poco de su historia. Portentoso es uno de los adjetivos que califican este templo y ex convento del Desierto de los Leones que data del siglo XVI fundado por la orden de los Carmelitas Descalzos. Su nombre original fue Santo Desierto de Nuestra Señora del Carmen de los montes de Santa Fe y por obvias razones cambiado simplemente a Desierto de los Leones. La historia inició cuando los Carmelitas Descalzos decidió fundar un convento; por lo cual se expuso el proyecto a Melchor de Cuellar, oriundo de Cádiz, España, quien aceptó financiarlo a condición de que se erigiera a 10 leguas de la ciudad de Puebla. Empero, por esos tiempos ocurrió la milagrosa aparición de la imagen de San Juan Bautista en San Mateo Tlaltenango ante fray Juan de la Madre de Dios en los montes llamados de Santa Fe, Cuellar aceptó cambiar la ubicación del convento, para lo cual se consiguió el permiso del virrey Marqués de Montes Claros y la fundación se llevó a cabo el 16 de diciembre de 1604.

La primera misa que se ofreció fue en una choza habilitada para capilla el 25 de enero de 1605, con lo que se estableció formalmente el Santo Desierto. De acuerdo con la ficha del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), un año después se presentó una petición ante la Real Audiencia de parte de Pedro Cortés, marqués del Valle, nieto de Hernán del mismo apellido, en la que solicitaba la revocación de la concesión a los Carmelitas, pues a su parecer habían actuado en su perjuicio; la propuesta fue rechazada y la primera piedra del convento la puso el mismo virrey el 23 de enero de 1606. Fray Andrés de San Miguel fue el encargado de construir el inmueble, mismo que concluyó en 1611. También se levantó una barda de 3 leguas, es decir, de 12 mil 570 metros, que salvo barrancos y algunos lugares abruptos, rodeaba todo el convento formando una muralla que tenía una sola puerta del lado de Cuajimalpa. Esta edificación fue muy modesta; su techumbre que cubría toda la nave era de madera; igual de sencillo resultó el convento con celdas muy pequeñas y pasillos angostos. Completaron las obras 10 ermitas dedicadas a San José, Santa Teresa de Jesús, San Juan Bautista, Santa María Magdalena, Santa Soledad, San Alberto, una se abocó a la oración del huerto de Getsemaní, otra al Calvario, a San Juan de la Cruz y a Santa Bibiana; son pequeñas y constan de un oratorio, una celda, una cocinilla y una barda.

De estas ermitas, desapareció ésta última al erigirse la segunda iglesia y convento; la correspondiente a San Juan de la Cruz se encuentra en ruinas y las de Santa Teresa y Calvario, se les conoce actualmente como San Elías y de la Trinidad. Luego de un siglo plagado de incendios y temblores -el más fuerte ocurrido el 16 de agosto de 1711 -, el arquitecto Miguel de Rivera dictaminó que se debía demoler, por lo que el 8 de febrero del siguiente año el provincial fray Pedro del Espíritu Santo puso la primera piedra del nuevo convento que estaría localizado al sur del antiguo. El nombre de “Desierto” porque los monjes Carmelitas Descalzos, quienes habitaban el monasterio, le llamaban “desierto” a los lugares donde hacían su retiro espiritual, quienes buscaban congregarse alejados de toda concentración humana para dedicarse a una vida de meditación y contemplación absoluta, el monasterio que aquí se estableció fue levantado entre los años 1606 y 1611.Y el nombre de “Desierto de los Leones”, no es porque se encuentren leones en la zona, fue a causa del enconado litigio que sostuvieron en el siglo XVIII dos hermanos de apellido León contra José Patiño Ixtolinque, descendiente del cacique de Coyoacán, y pretendiente del predio.

El mismo Rivera empezó la obra, que fue continuada por Manuel de Herrera y finalizada por José Antonio de Roa. Además, en la cumbre del mismo cerro edificaron una capilla llamada San Miguel. Sin embargo, debido a lo frío del lugar, los monjes se trasladaron al Santo Desierto de Tenancingo en 1801.El monasterio del monje Carmelo es uno de los conjuntos monacales de amplias dimensiones que ha conservado buena parte de su estructura, en parte porque está aislado en el propio Desierto de los Leones. Su portón principal estaba en el ángulo norponiente; tenía una huerta y una capilla denominada de los Secretos, así como un sistema hidráulico para el jardín. Este convento por su majestuosidad ha sido utilizado para algunas filmaciones en cine y televisión. Se trata de un tesoro de incalculable valor artístico que fue declarado Monumento el 16 de mayo de 1937.Como podemos leer la historia de este lugar es amplia e interesante y como lo mencione está al alcance de todos, el precio de entrada es de $ 10 por persona y sábados y domingos las visitas guiadas son gratuitas, los horarios son de martes a domingo de 10:00 am a 5:00 pm ; Esta visita es narrada por un monje que nos transporta hasta 1700 y nos va adentrando en la historia de las paredes del convento, como se vivía, lo que se efectuaba, lo que sentían y pensaban los monjes que ahí habitaban.

Desde las celdas, pasando por los corredores, las capillas, las catacumbas que a algunos les hiela la sangre por la energía que despide el lugar y la poca luz que entra en ellas, sin duda una experiencia que tienes que vivir. La capilla de los secretos que transporta el sonido de una manera magistral, las ondas sonoras viajan a través de las paredes y puedes escuchar lo que la otra persona te está diciendo en voz baja como si estuviera al lado tuyo. Cuenta también con un pequeño museo del bicentenario con maquetas del lugar, la historia y animales disecados propios del mismo.

En fin una experiencia única, una edificación imponente, digna de visitar, de disfrutar, se sentir y experimentar el encanto que desprende todo el ambiente que rodea al ex convento del Desierto de los Leones y que tenemos en nuestra ciudad. Se localiza en la carretera México Toluca en el Km. 25.5 de la Delegación Cuajimalpa y Álvaro Obregón; a 15 mín. al poniente de la Ciudad de México. Dirección: Calzada del Desierto de los Leones Colonia: Parque Nacional Valle de las Monjas CP 05630 Delegación Cuajimalpa Camino al Desierto de los Leones.

”QUE LA OSCURIDAD LOS PROTEJA “

SANDYMOON

DESIERTO LEONES (32)